miércoles, 9 de marzo de 2016

¿QUIERO SER EMPRESARIO?

Una de las preguntas que siempre me hacen, y tal vez una de la más difícil de responder, es que debo hacer para convertirme en empresario. Es difícil, porque convertirse en empresario no es algo que se pueda decidir de la noche a la mañana, requiere de una preparación previa y, muchos cambios, incluido lo que podríamos llamar un cambio de chip, así como saber  lo que comprende convertirse en empresario.

Robert Kiyosaki, en su libro “Antes de Renunciar a tu Empleo”, nos da una excelente descripción de dicha experiencia, el dejar de ser un asalariado para pasar a ser un empresario:

“…Uno de los momentos más aterradores de mi vida fue el día en que dejé mi empleo y me convertí oficialmente en empresario. Ese día supe que no habría más sueldo, ni seguro médico, ni plan de retiro. No habría más días de incapacidad ni vacaciones pagadas…”.


Este debe ser uno de los motivos por el cual muchas personas no dan el gran salto para convertirse en empresarios, el miedo a no tener un ingreso seguro todos los meses. De otro lado, ser empresario implica que debemos asumir otros gastos: pagar una oficina, una secretaria, servicios de electricidad, telefonía y, algo muy importante. Otro gasto importante, es el complicado arte de conseguir clientes, dado que debemos invertir en marketing, y muchos, muchos desayunos, almuerzos y cenas de trabajo que, por supuesto, corren por nuestra cuenta. Sin clientes no hay ventas, sin ventas no hay ingresos, sin ingresos no hay negocio.

Sin embargo, el mayor beneficio de ser empresario es la libertad, la libertad para manejar tus horarios, tomar decisiones sobre inversiones, proyectos, clientes; pero también te permite dar un espacio importante para tu desarrollo como persona y dedicarte a tu familia, en especial si eres un padre o madre y quieres dedicarles tiempo a tus hijos.

Pero, como ya mencioné, debes tener claro que no tienes la seguridad que todos los meses tendrás un ingreso fijo. Como empresario tendrás momentos con grandes ingresos y en otros no tendrás un solo dólar, euro, soles, yenes, ninguno. Como dicen, tendrás años de vacas gordas y años de vacas flacas.

De otro lado, debes tener presente que siendo empleado nunca llegaras a ser millonario, quien lo será es tu empleador. No podrás tomar vacaciones cuando tú lo decidas, primero debes ponerte de acuerdo con tu jefe y, finalmente, habrán muchos momentos familiares que no podrás disfrutar (las primeras palabras de tus hijos, sus competencias deportivas, recogerlos de su primer o ultimo día de clases), porque estarás trabajando y debes cumplir un horario.

Si estás pensando trazarte como objetivo ser un empresario, te propongo que respondas con sinceridad, las siguientes preguntas:

¿Estoy dispuesto a sacrificar mi (relativa) seguridad financiera que me da un empleo?
¿Quiero ser mi propio jefe?
¿Tengo una idea de negocio que permita sustentar mi vida y la de mi familia?
¿Te apasiona tu idea de negocio?
¿No tengo miedo al fracaso?

Si todas las respuestas fueron afirmativas, es un excelente indicativo y puedes incorporarlo en tu plan estratégico personal. No significa que mañana renuncies a tu empleo, pero que puedes empezar a trazarte una línea de acción para iniciar este importante cambio en tu vida.





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